
Nudo Cordillerano
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Recetario Animal (Valparaíso, Chile)
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Andrea Pallán (Chihuahua, México)
Tatiana Barmuri (Costa Rica)
EL DISCURSO ANIMAL EN NUESTRO CONTINENTE
PANORAMA DEL IMAGINARIO ANIMAL LITERARIO LATINOAMERICANO DEL ÚLTIMO SIGLO
Recetario Animal
Reflexión en torno a la figura animal en la literatura del siglo XX
En Latinoamérica el imaginario animal es extenso y muy amplio, desde el punto de vista de la utilización de la figura animal en las variadas representaciones narrativas literarias. En este caso, el concepto de animal desarrollado en los estudios posestrusturalistas, son el punto de partida para desplazar la perspectiva tradicional humanista (sujeto-objeto, humano-animal) para ampliar los modos de comprender al otro, integrando el universo animal. Antonio Crespo (2013), Cristian Montes (2014), Alejandro Lámbarry (2019), estos últimos igualmente especialistas en la filosofía de Deleuze y Guattari, son algunos de los autores que hacen una relectura de la tradición literaria del continente, incorporando el aspecto crítico del tópico animal.
Desde la ciudad hasta la selva, desde el animal doméstico hasta los de granja, América Latina se nutre de este imaginario: el relato indígena y su relación con el entorno, el mito latinoamericano pasando en la Colonia por las leyendas urbanas; y el Boom fuertemente arraigado, patentó este carácter como identitario para los autores de dicho periodo. Sin embargo, este precepto no se limita solo a estos autores, algunas nuevas indagaciones, como es el caso de Richelle Benjamin (2015), proponen redefinir el animalismo como cualquiera situación en que los animales tienen contacto con el mundo humano y puede ser, pero no es limitado a lo que desarrolla como devenir-animal (transformación). Usando las herramientas teóricas que propone Deleuze, podemos entender el rol del animalismo en muchas formas del arte, como el cine, el arte visual, y la literatura, discutiendo como el animalismo es especialmente importante para los escritores latinoamericanos de la generación Boom, quienes escriben durante los años 50 y usan el estilo del realismo mágico, transculturación mágica que representaba la unión “civilización y barbarie” que se estrecha a este elemento teórico.
Otra inflexión de este modo de abordar la figura del animal, previa al Boom, está presente en la obra de Horacio Quiroga (1918), quien se ubica en la selva misionera. Exhibe la interacción entre animales y hombres como una forma de experimentar la solidaridad entre ambos. La particularidad de los relatos de Quiroga es que en la ficción son los animales quienes determinan a partir de sus características particulares las formas de ese vínculo y se les otorga la posibilidad de razonar para favorecer al hombre o lograr su aceptación. Es el caso del cuento “La tortuga gigante” (2005). El animal advierte las necesidades del cazador moribundo y en agradecimiento a la ayuda que éste le había proporcionado antes, le salva la vida y termina siendo adoptada en la ciudad por la grandeza del gesto en relación con su tamaño. Como aparece en los textos de la entrada anterior, en la literatura latinoamericana el animal está personificado (A. Carpentier, V. Llosa, E. Rivera) y habla en los textos en tanto representante del comportamiento y las actitudes humanas que lo privan de un razonamiento propio o incluso de un mundo diferente, lo que se replica en las fuentes que no son consideradas en este ensayo, principalmente en autores como Escobar Velásquez o Clarice Lispector.
A partir de esta definición negativa de la privación Derrida y el posestructuralismo hacen la crítica al “logocentrismo filosófico” o al antropocentrismo de las humanidades y su tesis “sobre el animal privado de logos, privado de poder-tener el logos” deja ver la violencia ejercida sobre el animal, que comienza con el mismo concepto. Este planteo es el que realiza Derrida en el primer capítulo de “El animal que luego estoy si(gui)endo” (2008) y advierte un segundo gesto sobre el concepto. Señala que la palabra animal utilizada en singular funciona como si todos los animales “constituyesen un conjunto homogéneo al que se opondría, radicalmente, “el hombre” (Mallet, 2008). De este modo pone en evidencia la imposibilidad de la mirada del ser humano para atender a las singularidades de la condición del otro que no sea únicamente por conmiseración, mezcolanza o misericordia.
Por último, por mencionar un caso, en su análisis de la literatura latinoamericana más contemporánea, Benjamin (2015) propone como sustento al filósofo Gilles Deleuze, quien es el que presenta el concepto de devenir animal, que es, en términos simples, un proceso de cambio. Deleuze explica que el devenir existe en el espacio entre dos puntos distintos: “between the two there is an ongoing process of becoming” (Deleuze 2004, 35). El devenir es el proceso de cambiar, pero no es el cuerpo original ni el cuerpo nuevo. En vez, el devenir es un cuerpo en limbo, que contiene elementos de los dos cuerpos. En este espacio de transición existe una oportunidad para explorar la identidad del cuerpo en limbo y la relación entre el cuerpo original y el cuerpo nuevo. Usualmente, un devenir ocurre cuando un cuerpo tradicionalmente superior se convierte en un cuerpo tradicionalmente inferior, según las estructuras dicotómicas normativas que ponen al hombre, el oeste, el humano sobre la mujer, el este, y el animal. En esto, el devenir cuestiona el estatus del cuerpo en limbo. Un hombre puede convertirse en mujer, un adulto puede convertirse en niño, y un humano puede convertirse en animal. (Benjamín 02) Perspectiva que sustenta la férrea presencia de este imaginario cuando se trata del análisis de la literatura, incluso dentro del continente como una cualidad única e innata.
Referencias:
Benjamin, Richelle, "El devenir-animal como crítica de la historia latinoamericana: Literatura desde la perspectiva del giro animal (How Becoming-Animal Critiques Latin American History: Literature from the Perspective of Animal Turn)". Senior 7eses, Trinity College, Hartford, CT 2015.
Crespo, Antonio. “Los otros animales: vida o mercancía/ La mirada del otro: lo que nos dicen los animales” Viento Sur, Número 126, enero 2013: 81-90.
Deleuze, Gilles y Félix Guattari. “Mil mesetas. Capitalismo y esquizofrenia.” Valencia: pre-textos, 2004.
Derrida, J. The animal that therefore I am. N. York: Fordham University Press. 2008.
Montes, Cristian. “Patas de perro de Carlos Droguett o la deconstrucción narrativa de la binariedad animal / humana” Anales de la Literatura Chilena 21, 2014: 113-131
Lambarry, Alejandro. “Los estudios animales en la literatura hispanoamericana contemporánea”Question, Vol. 1, No 64, octubre-diciembre 2019. ISSN 1669-6581
Mallet, Marie-Louise. Prefacio. In: Derrida, Jacques. “El animal que luego estoy si(gui)endo”. Madrid: Editorial Trotta, 2008. p. 9-13.
EN LA SALUD Y EN LA ENFERMEDAD ¿EN LO PRÓSPERO Y LO ADVERSO?
¿A QUE SE ENFRENTA LATINOAMÉRICA?
Andrea Pallán
Un virus que ha detonado quiebres en los sistemas sociopolíticos de diversos países de Latinoamérica, rupturas que han evidenciado una necropolítica que se había instalado silenciosamente en los pasillos de los hospitales, donde la salud ha sido el punto crucial que ha fragmentado la estructura neoliberal del cual somos víctimas participantes.
Ha quedado expuesta la plusvalía humana, donde el valor humano está ligado a la producción y utilidad material que contribuyen al mantenimiento de una sociedad capitalista, intereses políticos que responden a valorar a la población de acuerdo a su efectividad como productores materiales, dejando de lado a aquellos que son considerados ajenos, marginados y relegados. Esta pandemia nos ha permitido poner en tela de juicio el ¿trabajo? ¿educación? ¿salud? ¿Quiénes realmente tienen acceso a esto?, es decir, el neoliberalismo confirma a través de este episodio de crisis, la violencia silenciosa que sufren muchos grupos vulnerables que simplemente son descartados dentro de las agendas políticas.
La ineficacia de la política, problemática que ha traspasado líneas histórico-temporales, hoy se enfrenta a la resistencia latinoamericana que lucha por quebrar un sistema fallido, estructuras que han atentado contra la vida humana, animal y ambiental. Es por eso, que Latinoamérica se enfrenta al reto de un trabajo multidisciplinario donde las ciencias biológicas y sociales se desarrollen de manera colectiva para que las crisis que acontecen a todo al continente puedan tener soluciones que tengan en cuenta diversas problemáticas biopsicosociales, así como una reflexión y reestructuración referente al comportamiento que hoy día se lleva a cabo en la interacción entre seres humanos-naturaleza.
Esta situación permite reevaluar la manera en que los modos de vida actual han tenido efectos negativos, no solo afectando en cuestiones de salud/enfermedad, sino en un sentido complejo de biosfera y las interrelaciones con la naturaleza , por lo que es necesario tener en cuenta que la vacuna no tendrá un efecto inmediato, ni es la única solución , ya que este episodio ha visibilizado la falta de ética ante la compra-venta de animales exóticos, la ingesta de estos, y en la explotación de los ecosistemas.
PALABRA DEL SOLITARIO
“ESCRIBO COMO SIEMPRE, POR LO DE SIEMPRE. ¡ME ESTOY AHOGANDO!”
ALEJANDRA PIZARNIK
Tatiana Barmuri.
El arte de la escritura tiene como función crear un mundo consciente e inconscientemente, y por ende, devela otro.
Un fuero interno en el cual todo solitario se somete a un viaje a través de la finalidad y profundidad de las palabras, del cual tiene acceso a sus pensamientos más recónditos marcados por hechos abortados en el mundo externo, y de manera inexorable llegan a ser parte de este viaje sin retorno: el arte de hablar, o bien, el arte de expresar nuestro lenguaje en un nivel superior.
Pero, ¿qué podría develar esta condensación del subconsciente? Serán acaso una serie de emociones reprimidas que de alguna manera llegan a ser concisas estableciendo un diálogo con nuestras carencias, e incluso, con nuestras más grandes ausencias.
¿Es la escritura un medio alterno para incitar este conjuro al autoconocimiento? Me atrevería a decir que, en el silencio y en el aislamiento, habita el poder de la salvación. Pero, ¿qué se estaría salvando? ¿La virtud que se alcanza al someterse a tal abandono? Si es así, de qué manera se puede explicar el que grandes poetas y pensadores de antaño hayan perecido ante la idea de esa nostalgia del paraíso.
Su legado es acaso el fruto de esos conflictos internos al que fueron doblegados en este tránsito del conocimiento, evocado al éxtasis que producía este lenguaje interior.
“Escribir es una maldición que salva. Es una maldición porque obliga y arrastra, como un vicio penoso del cual es imposible librarse. Y es una salvación porque salva el día que se vive y que nunca se entiende a menos que se escriba”.
-
- Clarice Lispector
Con lo expuesto anteriormente por Clarice Lispector, se podría decir que la escritura llega a ser pura, y a su vez, impura e incluso goza de una profundidad insondable en la que el individuo trasciende sustancialmente dicha obra de carácter poético, medio en el cual todo lo que se percibe como mundano, llega a formar parte de una grandeza insustituible, ya que es revolucionario por naturaleza.
Ahora bien, ¿por qué definir como poético este medio de expresión?
Porque escapa del plano terrenal siendo este hijo del azar, yaciendo en el limbo, o bien, en un estado amorfo, no obstante, engendrado de manera incorruptible.
Siendo así, al plasmar todo pensamiento adquieren un nuevo sentido ciertas palabras, palabras que habitan en nuestro mundo y nosotros habitamos en ellas. Y al decir “nosotros”, me incluyo al emplear mi condición de creadora ejerciendo mi derecho como método de liberación e incluso de invitación al viaje formando parte de este contraste por conservar y preservar la palabra del solitario, es decir, este diálogo con mis propias ausencias.
Sí, mi voz se reconoce en otras voces, mis pensamientos son entrelazados con mis semejantes. Y, ¿qué quiero decir con “mis semejantes”? Todo pensamiento situado en un mismo nivel vibratorio busca a sus semejantes y se reconoce en ellos. Un efecto espejo surge a raíz de esto y se complace de aquello...
Un regocijo al pertenecer a esta revelación del mundo y un desasosiego conjugando una plegaria, o en el peor de los casos, un grito al vacío.
Pues se está estrechamente ligado a esa relación con el doble, y paradójicamente situados ante un coqueteo con palabras dotadas de sentido.
Somos el eco de todas las obras, se establece una continuidad que de alguna manera puede que haya quedado inacabada, y al decir inacabada no me refiero a que una obra no haya sido finalizada como tal, sino que al ser interpretada por cada individuo, esta sigue un curso natural de crecimiento fortuito tanto así que va adquiriendo vida propia y su presunto creador queda como antagonista de su propia creación.
Súbitamente entendí que todo pensamiento no-dirigido llega a ser parte de una emoción colectiva. Una analogía de una realidad oculta tras la careta de la escritura, pues lo que no nos atrevemos a modificar en nuestras vidas lo hacemos en silencio y a oscuras irrumpiendo la realidad como tal bajo la sombra de un papel y una pluma.
